miércoles, septiembre 20, 2006

LAGOS BINACIONALES

Nos jactamos de amar nuestro territorio. Nos jactamos de ser navegantes. Palabras vacías.

Mientras nuestros vecinos argentinos, con gran visión, cuidan sus parques y lagos y los muestran a los extranjeros, nosotros los tenemos abandonados.

Respecto a los lagos, en Argentina tenemos marinos de la Prefectura Naval Argentina en cuanto lago existe. Nosotros, nada. Ni la Armada, ni Carabineros, ni CONAF realizan esta labor. Va siendo hora que dotemos a nuestros funcionarios de lanchas adecuadas que permitan auxiliar a los esforzados vecinos de los lagos, especialmente del sur, ejerciendo además efectivamente soberanía sobre extensas zonas. Un ejemplo especialmente emblemático lo constituyen los lagos Gral. Carrera, Cochrane y O’Higgins, todos binacionales, donde hace falta coordinar turismo, abastecimiento, salud, soberanía, transporte y educación.

Una vez afianzada nuestra soberanía deberíamos avanzar en la creación de circuitos turísticos, en conjunto con nuestros hermanos argentinos, permitiendo el desarrollo de estas hermosas zonas.

Alejandro Jiménez Michaelis

PARLAMENTO

ASI DESPRESTIGIAMOS LA POLITICA

Debo partir diciendo que creo en la política y creo que la mayoría de los políticos desean el bienestar de sus conciudadanos.

Como me referiré al parlamento acotaré también que creo justo el sueldo y asignaciones que perciben los parlamentarios por su labor.

Sin embargo, como contrapartida, debo señalar que hay cosas que molestan y que hacen ver mal a los parlamentarios.

Los parlamentarios son trabajadores, de un carácter distinto, pero trabajadores al fin. Es por tanto inconcebible que puedan faltar a su trabajo en forma ligera sin recibir sanciones. Como cualquier trabajador, los parlamentarios debieran cumplir al menos las siguientes labores siendo controlados en forma objetiva y sancionados por incumplimiento.

1. Asistir a las sesiones de sala.

2. Asistir a las sesiones de comisiones.

3. Tener presencia real en sus Distritos o Circunscripciones.

En segundo lugar, los parlamentarios son trabajadores de alto nivel. Por tanto es inconcebible que no sean capaces de escucharse entre ellos y den el triste espectáculo de dejar hablar a uno mientras los demás conversan o se pasean por la sala (los que están adentro).

Enseguida, es inconcebible que muchos no se interioricen de los proyectos de ley y después de todo un trabajo de comisiones y sala salgan proyectos mal redactados e incoherentes. Sería útil para un mejor uso de las leyes que junto con su aprobación se sancionara también un preámbulo que indicara brevemente el objeto de la respectiva Ley y su sentido general, lo que constituiría un todo armónico con su texto y su historia fidedigna.

Por último, es penoso que haya discusiones de proyectos en que se privilegie situaciones personales o locales cuando estas van en contraposición con los intereses de toda la nación. A este último tipo de casos corresponde la discusión acerca de la creación de dos nuevas Regiones, donde solo se busca eliminar rencillas locales creando más burocracia, en lugar de estudiar las características de las Regiones y su posibilidad de ejercer contrapesos con Santiago . Otro caso emblemático es la reforma al sistema binominal, donde la discusión se ha entrampado en la modificación de Distritos y Circunscripciones, lo que podría deteriorar algunas futuras candidaturas a la reelección, en lugar de analizar los problemas de fondo, como exclusiones o representaciones equivalentes.

Alejandro Jiménez Michaelis

martes, septiembre 05, 2006

NUEVAS REGIONES

Hemos visto en los últimos días la polémica entre Valdivia y Osorno por la forma en que se llevaría a cabo la creación de la Región de los Ríos. Es claro que la creación de dos nuevas Regiones no obedece a razón objetiva alguna de progreso para las respectivas comunidades ni para el país. Toda esta lucha por formar regiones solo obedece a viejas rencillas locales, como son las que se dan entre Valdivia, Osorno y Puerto Montt y de Iquique con Arica.

Si el problema es el poder gigantesco de la Región Metropolitana y el gobierno central, parece absolutamente incoherente jibarizar Regiones y hacer más desproporcionada la diferencia creando minirregiones. La solución es justamente la contraria. Es crear 5 o 6 macrorregiones que ejerzan reales contrapesos en cantidad de habitantes y actividad económica. Como problema adicional estos proyectos tenderán a aumentar el conflicto por la distribución de los Distritos electorales, ya bastante complicado por los debates acerca del sistema binominal.

Esperamos que nuestros parlamentarios y gobernantes piensen en el país global al legislar y que no olviden que hay innumerables otras reivindicaciones pendientes de pequeñas comunidades que desearían ser Región.

Alejandro Jiménez Michaelis
4 de septiembre de 2006

El hecho ya está consumado. El Congreso aprobó las nuevas Regiones y en sus ciudades hay festejos. Aumentará la cantidad de autoridades y el dinero que ayudaba al desarrollo se irá en salarios. Ambas Regiones quedarán con unos ridículos números que volverán locos a los estudiantes que intenten aprenderlos y ahora pelearán por lograr nuevos cupos parlamentarios. Las Regiones serán minúsculas en todo sentido, en población, en influencia, en PIB y serán nada frente al gigante que es la Región Metropolitana. Pero ganaron. Se salieron con la suya. Pierde Chile y pierden ellos.
22 de diciembre de 2006